26 de febrero de 2013

Perdona si te llamo Amor

AUTOR: FEDERICO MOCCIA

Niki es una joven madura y responsable que cursa su último año de secundaria. Alessandro es un exitoso publicista de 37 años a quien acaba de dejar su novia de toda la vida. A pesar de los 20 años de diferencia que hay entre ambos y del abismo generacional que los separa, Niki y Alessandro se enamorarán locamente y vivirán una apasionada historia de amor en contra de todas las convenciones y prejuicios sociales.



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Solo los Locos se Enamoran.


AUTOR: KRISTAN HIGGINS

Millie estaba a punto de tener la vida perfecta…

¿Un trabajo prometedor como doctora en Cabo Cod? Hecho.
¿Una preciosa casita en propiedad? Hecho.
¿Un perro adorable para dar paseos frente a vecinos atractivos? Hecho.

Lo único que necesitaba para tenerlo todo era que el chico de oro, y antiguo amor de instituto, Joe Carpenter se fijase en ella.
Pero la perfección no era tan fácil como parecía, sobre todo cuando Sam Nickerson, policía local, resultaba una distracción frecuente. No formaba parte de su plan maestro. Pero tal vez fuera el momento de que Millie empezara una nueva lista…



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Teme (La Cazadora de Sueños #2)


AUTOR: LISA McMANN

Para Janie y Cabel, la realidad está resultando más dura que los sueños. Buscan un poco de tiempo para estar a solar, pero no hay suerte.
En Fieldridge High están ocurriendo cosas extrañas, pero nadie habla de ellos cuando Janie intercepta una de las violentas pesadillas de una compañera y descubre lo que sucede en el instituto, el caso finalmente se abre. Es hora de desenmascarar a los culpables.
Janie se entera de la verdad sobre su habilidad también de su debilidad. A decir verdad, su gran debilidad. Su destino como receptora de sueños parece estar sellado, y lo que va a acontecer resultará mucho más peligroso y siniestro de lo que ella jamás había imaginado.

Algunas pesadillas nunca terminan.



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Huye (La Cazadora de Sombras #3)



AUTOR: LISA McMANN

Por primera vez en años, Janie se va de vacaciones. Está pasando unos días en la cabaña del lago que tiene el hermano de Cabe, lejos de su madre alcohólica y del revuelo que ha causado en el pueblo la revelación de que ella trabaja para la policía. Por suerte, ya puede dejar de esconder su relación con Cabe y el año que viene comienza la universidad, lejos del pueblo. Por desgracia sus poderes le evitan llevar una vida normal, y tras un par de incidentes con sueños en los que Cabe no reacciona como ella espera, Janie comienza a tener dudas.
Pero todo deja de tener importancia cuando Janie recibe una llamada de Carrie en la que su amiga le informa que ha tenido que llevar a su madre al hospital. Janie y Cabe vuelven corriendo para descubrir que no es la madre de Janie la que está ingresada, si no su padre, al que Janie jamás conoció ya que abandonó a su madre antes de que ella naciera. El padre está en coma, y la única persona que aparece en los papeles médicos que hay en su casa es su madre, que no quiere saber nada del tema.
Sospecha que su padre podría ser como ella y tener la habilidad de entrar en los sueños de los demás, así que comienza a investigar su vida y su pasado para intentar descifrar su propio futuro.
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Sueña (La Cazadora de Sueños #1)



AUTOR: LISA McMANN



Para Janie, a sus diecisiete años, verse arrastrada a los sueños de otras personas ha dejado de ser una novedad hace tiempo.
No puede decirle a nadie lo que hace porque, o jamás la creerían o, peor aún, la considerarían una tarada. Janie, por consiguiente, vive en el límite, bajo la maldición de una capacidad que no ha pedido y que no puede controlar.
Se precipita entonces en una espantosa pesadilla. Por primera vez, Janie es algo más que un testigo de una retorcida psique ajena: ahora toma parte...

Tus sueños ya no son tuyos.




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1000 Razones para NO enamorse.


AUTOR: Hortense Ullrich

A sus trece años Sanny es una chica con las ideas muy claras: el amor es un invento de los publicistas y el escribir páginas enteras de razones contra el Sin embargo, su hermano gemelo Konny es un romántico empedernido…Tan convencidos están ambos de sus respectivas opiniones, que deciden hacer una apuesta: cada uno debe elaborar una lista de 1000 razones para enamorarse…O para no enamorarse en tanto, su familia vive grandes cambios, y la casa está siempre Todo está cambiando en las vidas de Sanny y Konny, incluidas sus ideas acerca del ¿Llegarán a descubrir qué es el amor con tanto revuelo?





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21 de febrero de 2013

Correr o Morir


AUTOR: JAMES DASHNER

Tu vida anterior ya no existe más. Una nueva se ha iniciado. Recuerda. Corre. Sobrevive.
Al despertar dentro de un oscuro elevador en movimiento, lo único que Thomas logra recordar es su nombre. No sabe quién es. Tampoco hacia dónde va. Pero no está solo: cuando la caja llega a su destino, las puertas se abren y se ve rodeado por un grupo de jóvenes. “bienvenido al Área, novato.”
El Área. Un espacio abierto cercado por muros gigantescos. Al igual que Thomas, ninguno de ellos sabe cómo ha llegado allí. Ni por qué. De lo que están seguros es de que cada mañana las puertas de piedra del laberinto que los rodea se abren y por la noche, se cierran. Y que cada treinta días alguien nuevo es entregado por el elevador.
Un hecho altera de forma radical la rutina del lugar: llega una chica, la primera enviada al Área. Y más sorprendente todavía es el mensaje que trae.
Thomas será más importante de lo que imagina. Pero para eso deberá descubrir los sombríos secretos guardados en su mente. Por alguna razón, sabe que para lograrlo debe correr. Correr será la clave. O morirá.

Las ventajas de ser invisible


AUTOR: STHEPEN CHBOSKY

Charlie es un chico realmente especial: lee muchísimo, no sale con amigos ni con chicas y reflexiona sobre el mundo desde un punto de vista muy particular. Su ingenuidad, su incapacidad para relacionarse normalmente y su extrema sinceridad le crean más de un problema, especialmente ahora que su único amigo ha muerto. Conocer a Sam y Patrick, los chicos más excéntricos del instituto, provocará un giro radical en su vida que lo sumergirá de pleno en la adolescencia. Vivir al margen ofrece una perspectiva única. Pero siempre llega el momento de entrar en escena y ver el mundo desde dentro.







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El Club de los Corazones Solitarios

AUTOR: ELIZABETH EULBERG

Penny está harta de los chicos y harta de salir con ellos, de modo que hace un juramento:
«Nunca más». Ha sufrido demasiadas malas experiencias por eso decide montar el Club de los Corazones Solitarios.


Pero por lo que parece, Penny no es la única que está harta de los chicos y un tropel de chicas acude al club. Entonces Penny se convierte en la más popular del instituto por su decisión de renunciar a las citas amorosas, lo que resulta ser una lástima, ya que la líder del popular club ha encontrado a cierto chico que, a su pesar, le gusta… el único por el que merecería la pena darle otra oportunidad al amor.




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20 de febrero de 2013

Afterligth (TDC #1)

AUTOR: Elle Jasper

La tatuadora menos convencional de Savannah, Riley Poe, vive al borde del abismo. Ahora mismo es porque su hermano menor está involucrado en un siniestro culto llevado por vampiros. Su único aliado es el temperamental vampiro Eli Dupre, que se siente atraído por la belleza de Riley y por su extraño y único tipo de sangre. Para salvar a su hermano de la no-muerte, Riley deberá enfrentarse a peligros con los que nunca había soñado, enemigos sedientos de sangre, y a un mal que amenaza con devorarlo todo...


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Desde Mi Cielo

AUTOR: Alice Sebold

Cuando conocemos a Susie Salmon, sabemos que ya está en el cielo, en su nuevo hogar. Desde allí nos va a relatar, con la inconfundible voz de una adolescente de catorce años, una historia tan inquietante como alentadora: la de su propio asesinato a manos de un vecino y el proceso de recuperación por el que van a tener que pasar sus seres queridos.
Tras su muerte, Susie contempla cómo la vida continúa sin ella; sus compañeros de colegio rumorean sobre su desaparición, su familia mantiene la ilusión de encontrarla con vida y el asesino se esfuerza en borrar las huellas del crimen.
Los acontecimientos se suceden al tiempo que Susie se va adaptando a ese lugar llamado cielo, un refugio mágico donde encuentra consejeros que le ayudan a entender la muerte y amigos con los que convivir, un nuevo hogar donde halla todo lo que desea excepto lo más importante: reencontrarse con las personas a las que ama y viven en la Tierra.
Desde mi cielo es una historia asombrosa y de extraordinaria ternura que parte de una de las pruebas más dolorosas a las que, desgraciadamente, a veces tenemos que enfrentarnos: la pérdida de un ser querido. Pero es, también, un relato lleno de esperanza que nos habla del poder curativo del amor.

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Amanecer (Crepúsculo #4)


AUTOR: STEPHENIE MEYER

El libro se divide en tres partes:
1.Contada por Bella humana: habla de la boda y la luna de miel, tanto desde que se lo cuenta a Charlie, a Renée...hasta el lugar secreto de su luna de miel (isla Esme), el cumplimiento del trato por parte de Edward, y cuando se da cuenta que en su interior tiene un pequeño "pateador"
2.Contada por Jacob: todo lo que ocurre desde la perspectiva de Jacob Black, amigo de Bella, sobre el embarazo de ésta, la separación de Sam para proteger a Bella y la creación de una nueva manada donde él es el "alfa". Supongo que para ahorrarnos sufrimiento y para ser menos morboso.
3.Contada de nuevo por Bella: Bella da a luz a Renesmeé y la transforman en inmortal para salvar su vida, nos cuentan la historia de los niños inmortales. Llegan Los Vulturis

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19 de febrero de 2013

Blood Magic



AUTOR: TESSA GRATTON

Tras la misteriosa muerte de sus padres, Silla no ha vuelto a ser la misma. Dormir y estudiar, dormir y estudiar: Silla no hace nada más, porque todo cuanto le rodea ha perdido el sentido. Y aunque la ex mujer de su abuelo, Judy, cuida de ella y de su hermano Reese como si fueran sus propios hijos, nada puede llenar el vacío que han dejado sus padres... Pero la llegada inesperada de un paquete postal logra despertar a Silla de su letargo. Se trata de un libro enviado por alguien que firma con un nombre extraño, "Diácono". Pero lo que el libro tiene de especial es que está escrito con la letra de su padre y que además contiene ni más ni menos que las instrucciones para realizar diferentes tipos de hechizos. Hechizos protectores que precisan de sangre para llevarse a cabo...
Movida por la curiosidad y por la necesidad de descubrir qué relación tiene la muerte sus padres con el misterioso manuscrito, Silla decide probar uno de los hechizos en el viejo cementerio junto a su casa. Es noche oscura y Silla cree que estará a salvo de las miradas curiosas, pero un vecino suyo es testigo directo de cómo Silla regenera una flor usando su propia sangre...
Se trata de Nick, un joven que se ha trasladado a vivir al pueblo hace muy poco tiempo. Para él la magia no tiene nada de nuevo: su madre, que lo abandonó cuando él era todavía un niño, hacía hechizos similares al que Silla acaba de poner en práctica y aunque Nick creía que había olvidado todo cuanto estaba relacionado con ella, la flor de Silla ha desenterrado muchísimos recuerdos... 
Muy pronto Nick y Silla se harán amigos. O mucho más que amigos. Juntos llevarán la magia hasta sus últimas consecuencias y descubrirán que alguien muy poderoso se esconde tras la muerte de los padres de Silla y la desaparición de la madre de Nick. Alguien que, por supuesto, no piensa rendirse.

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Sinsajo (THG #3)

AUTOR: SUZANNE COLLINS

Katniss Everdeen, ha sobrevivido de nuevo a LOS JUEGOS, aunque no queda nada de su hogar. Gale ha escapado. Su familia está a salvo. El Capitolio ha capturado a Peeta. El Distrito 13 existe de verdad. Hay rebeldes. Hay nuevos líderes. Están en plena revolución. El plan de rescate para sacar a Katniss de la arena del cruel e inquietante Vasallaje de los Veinticinco no fue casual, como tampoco lo fue que llevara tiempo formando parte de la revolución sin saberlo.

El Distrito 13 ha surgido de entre las sombras y quiere acabar con el Capitolio. Al parecer, todos han tenido algo que ver en el meticuloso plan..., todos menos Katniss.





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18 de febrero de 2013

Perfect (PLL #3)


AUTOR: SARA SHEPARD

En una ciudad donde el chisme prospera como la hiedra que se aferra a sus mansiones, donde los misterios se encuentran detrás de los setos bien cuidados y los esqueletos se esconden en cada vestidor, cuatro chicas perfectas no son tan perfectas como aparentan.
Hace tres años, Spencer, Aria, Emily, Hanna, y su mejor amiga Alison eran las chicas de la escuela Rosewood Day. Que taconeaban a través de los pasillos en sus Miu Miu planas, bronceadas en sus bikinis a juego Pucci, y se reían detrás de sus uñas recién arregladas. Ellas eran las chicas que todos amaban—pero que odiaban secretamente— especialmente a Alison.
Así que cuando Alison desapareció misteriosamente una noche, Spencer, Aria, Emily, y Hanna estaban teñidas de… alivio. Y cuando el cuerpo de Alison fue encontrado después en su propio patio trasero, las chicas se vieron obligadas a desenterrar algunos recuerdos desagradables de su vieja amiga, también. ¿Podría haber más en la muerte de Alison que lo que esta a simple vista? Ahora alguien llamado A, alguien que parece saberlo todo, está señalando con el dedo a una de ellas por el asesinato de Alí. A medida que sus secretos se oscurecen y sus escándalos giran mortalmente, A está a punto de arruinar sus vidas poco perfectas para siempre.

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Flawless (PLL#2)


AUTOR: SARA SHEPARD

En el exclusivo pueblo de Rosewood, Pennsylvania, donde la más dulce de las sonrisas esconde los secretos más oscuros, cuatro bonitas mentirosas: Spencer, Aria, Emily, y Hanna, han sido muy malas chicas... Spencer robo el novio de su hermana. Aria tiene el corazón roto por su profesor de inglés. A Emily le gusta su nueva amiga Maya... como mucho más que una amiga. Y la obsesión con la búsqueda de Hanna de lucir perfecta esta, literalmente, enfermándola. Pero el secreto más horrible de todos es algo tan escandaloso que podría destruir sus perfectas pequeñas vidas. Y alguien llamado "A" está amenazando con hacer precisamente eso.
Al principio creyeron que era Alison, su amiga que desapareció hace tres años. . . pero luego apareció muerta. Así que .podría ser Melissa, la ultra competitiva hermana de Spencer? O Maya, .que quiere a Emily para ella sola? Y Que hay de Toby, el hombre misterioso que dejo la ciudad justo después de que Alison desapareció?
Una cosa es cierta: una tiene la tierra para enterrarlas a todas vivas, y con cada nota arrugada, mail y mensajes de texto vengativos que “A” envía, las chicas están un poco más cerca de perderlo todo.

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17 de febrero de 2013

El Príncipe Caspian (Narnia #3)


AUTOR: C.S. LEWIS
El príncipe lucha por su corona, al tiempo que descubre la verdadera historia de su pueblo, los telmarinos, unos auténticos piratas terrestres...

Los Pevensie acuden a Narnia de nuevo para ayudar al príncipe a recuperar el trono que legítimamente le corresponde. Caspian reúne un ejército para liberar a su país de un rey desleal. Un combate de honor entre dos hombres solos decidirá el destino de todo un mundo.

Narnia, la tierra donde todo puede suceder.

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El león, la bruja y el armario (Narnia #2)


AUTOR: C.S: LEWIS                                                             Narnia..., un mundo congelado..., una tierra que aguarda su liberación. Cuatro niños descubren un armario que les sirve de puerta de acceso a Narnia, un país congelado en un invierno eterno y sin Navidad. Entonces, cumpliendo con las viejas profecías, los niños -junto con el león Aslan- serán los encargados de liberar el verano, la luz y la alegría para todos los habitantes de Narnia.                                                              Narnia, la tierra donde todo puede suceder.


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El Sobrino del Mago (Narnia #1)

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Narnia…, un lugar por el que deambulan Bestias Parlantes…, donde aguarda una bruja…, donde un nuevo mundo está a punto de nacer.

Dos amigos, víctimas del poder de unos anillos mágicos, son arrojados a otro mundo en el que una malvada hechicera intenta convertirlos en sus esclavos. Pero entonces aparece Aslan y con su canción va hilando el tejido de un nuevo mundo que recibirá el nombre de Narnia.

Narnia, la tierra donde todo puede suceder.





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Pretty Little Liars (PLL #1)

200px-PLL-Book-01.pngAUTOR: Sara Shepard

Todo el mundo tiene algo que ocultar, sobre todo Spencer, Aria, Emily, y Hanna.

Spencer codicia al novio de su hermana. Aria está fantaseando con su profesor de Inglés. Emily está aplastando a la chica nueva en la escuela. Y Hanna usa algunos trucos feos para estar bella. Pero todas ellas han mantenido un secreto aún mayor, ya que su amiga Alison desapareció. ¿Cómo voy a saberlo? Porque sé todo sobre las chicas malas que eran y las niñas traviesas que son ahora. Y ¿adivinen qué? Yo lo digo.

-A




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Juntos

Matched / Juntos (Ally Condie)AUTOR: ALLY CONDIE

Estamos en un mañana indeterminado, instalados en una Sociedad cuyos miembros han sido liberados de la responsabilidad de adoptar decisiones: los dirigentes dictan sus vidas y determinan el momento de su muerte, todo en aras de la armonía social. Es el mundo de Cassia, una joven feliz y despreocupada que el día de su 17 cumpleaños asiste a su banquete de emparejamiento, donde por primera vez oirá el nombre y verá la cara del chico que las autoridades le han asignado como pareja perfecta, la persona con la que habrá de compartir el resto de su vida. Y el elegido es… ¡su mejor amigo, Xander! ¿No es maravilloso? Se conocen desde siempre, son íntimos, la confianza es total. Y es también inusitado porque prácticamente nunca el sistema propicia un emparejamiento así.

Sin embargo, el material informático que Cassia recibe para preparar su futuro guarda una sorpresa: la imagen de Ky, otro colega de la pandilla. ¿Un error? Qué raro, las autoridades no los cometen. Casi de inmediato, una funcionaria del Ministerio del Emparejamiento le confirma un fallo que es doblemente lamentable porque –le confía-, Ky no es susceptible de ser emparejado puesto que es un ciudadano de segunda clase.

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Química Perfecta

Química Perfecta (Simone Elkeles)AUTOR: SIMONE ELKELES

Los chicos del instituto Fairfield, en los suburbios de Chicago, saben que las bandas de South Side y North Side no son precisamente elementos compatibles. De modo que cuando la líder de las animadoras Brittany Ellis y el pandillero Alex Fuentes se ven obligados a trabajar como compañeros de laboratorio en clase de química, los resultados prometen ser explosivos. Pero ninguno de los dos adolescentes está preparado para la reacción química más sorprendente de todas: el amor.


¿Podrán romper con los prejuicios y estereotipos que amenazan con separarles?




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Oscuros (Fallen #1)


AUTOR: LAUREN KATE

Luce, adolescente de diecisiete años, es una nueva estudiante en el para nada acogedor internado/reformatorio Sword & Cross de Savannah, Georgia. Su novio murió bajo sospechosas circunstancias, y ella se dedica a pasear su culpa por los hostiles pasillos de Sword & Cross, donde cada estudiante parece tener un desagradable –e incluso maligno– pasado.

Pero en el momento en que ve a su maravillosamente apuesto compañero Daniel, Luce siente que hay una razón para que esté en ese lugar –aunque no se puede imaginar cuál ese exactamente el motivo. ¿Y por qué Daniel se comporta con ella de esa manera tan fría y distante?

En realidad esa actitud es la única forma que Daniel tiene de protegerse, puesto que es un ángel caído condenado a enamorarse de la misma chica cada diecisiete años.... y a verla morir. Y Luce es su inmortal compañera, condenada a reencarnarse una y otra vez en una chica mortal que no tiene ni idea de quién es realmente.


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Efímera (The Chemical Garden #1)


AUTOR: LAUREN DESTEFANO

En un futuro cercano, todos los recién nacidos llevan incorporada una bomba de tiempo genética. Los varones viven hasta los 25 años, y las mujeres, que mueren a los 20, son secuestradas y forzadas a contraer matrimonios polígamos para evitar que la humanidad entera desaparezca de la faz de la Tierra.Cuando secuestran a Rhine, una joven de 16 años, para venderla como esposa de un hombre adinerado, le espera un mundo de privilegios. Su joven marido, Linden, la ama igual que a sus otras esposas, pero Rhine sólo desea escapar, aunque deberá enfrentarse a su excéntrico suegro, quien no cejará en encontrar un antídoto para el virus que amenaza la vida de su hijo, aunque para ello deba dejar varios cadáveres en su camino.

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Before I Fall


AUTOR: LAUREN OLIVER

¿Y si solo te quedara sólo un día por vivir? ¿Qué harías? ¿A quién besarías?
 ¿Y qué tan lejos llegarías para salvar tu propia vida? Samantha Kingston lo tiene todo apariencia, popularidad, el novio perfecto. El viernes 12 de Febrero debería ser simplemente otro día normal en su vida de ensueño. En cambio, es el último. La trampa: Samantha se levanta la mañana siguiente. De hecho, ella vuelve a vivir el último día de su vida siete veces, hasta que se da cuenta de que incluso al hacer el menor cambio, ella podría tener más poder del que alguna vez imaginó.

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15 de febrero de 2013

Principe Mecanico (TID #2)

 AUTOR: CASSANDRA CLARE

La situación en el Instituto de Londres nunca había sido tan precaria. Con Mortmain su preciso ejército entrañando aún una amenaza, el Consejo quiere despojar a Charlotte de su poder y entregar la dirección del Enclave al ávido de poder y carente de escrúpulos Benedict Lightwood.

Con la esperanza de salvar a Charlotte y el Instituto, Will, Jem y Tessa se proponen desentrañar los secretos del pasado de Mortmain… y descubren inquietantes conexiones con los cazadores de sombras que son la clave no solo de las motivaciones del enemigo, sino también del secreto de la identidad de Tessa.
Tessa, atrapada en los afectos de Will y Jem, se encuentra con otra decisión que tomar cuando se entera de que los cazadores de sombras ayudaron a crear a un monstruo. ¿Apartará de los a su hermano, Nate, que lleva tiempo suplicándole que se una a él del lado de Mortmain? ¿De qué lado están sus lealtades y su amor? Solo Tessa puede decidir si salva a los cazadores de sombras de Londres o acaba con ellos para siempre.

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Ángel Mecánico (TID #1)



AUTOR: CASSANDRA CLARE
La magia es peligrosa… pero el amor lo es aún más. Cuando Tessa Gray de dieciséis años, cruza el océano para encontrar a su hermano, su destino es la Inglaterra Victoriana, y algo aterrador le espera en el Submundo de Londres, donde los vampiros, brujos y seres sobrenaturales acechan las calles alumbradas con gas. Sólo los Cazadores de Sombras, guerreros dedicados a librar al mundo de los demonios, mantienen orden en medio del caos. Secuestrada por las misteriosas Hermanas Oscuras, los miembros de una organización secreta llamada El Club Pandemonium, Tessa pronto descubrirá que ella misma es un Submundo con una extraña habilidad: el poder de transformarse a voluntad, en otra persona. Es más, el maestro, la figura sombría que dirige el Club, no se detendrá ante nada para reclamar el poder de Tessa por su cuenta. Sin amigos y cazada, Tessa se refugia con los Cazadores de Sombrasen el Instituto de Londres, quienes juran encontrar a su hermano si ella usa su poder para ayudarles. Ella pronto se encuentra fascinada por, y dividida entre, dos mejores amigos: James, cuya frágil belleza esconde un secreto mortal, y de ojos azules Will, cuyo ingenio mordaz y estado de ánimo volátil mantiene a todos en su vida distantes, todo el mundo excepto a Tessa. En su búsqueda, se van directo al corazón de un misterioso complot, que amenaza con destruir a los Cazadores de Sombras, Tessa se da cuenta que debe tener que escoger entre salvar a su hermano y ayudar a sus nuevos amigos a salvar el mundo. . . Y que el amor puede ser la magia más peligrosa de todas.

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EXCLUSIVA: VISTAZO A REQUIEM



REQUIEM
La apasionante conclusión de la
Internacionalmente mejor vendida trilogía
Delirium.
Disponible en Marzo del 2013


Lena
He comenzado a soñar con Portland de nuevo.
Desde que Alex reapareció, resucitado pero también cambiado, torcido, como un mons-truo de esas historias de fantasmas que solíamos contarnos de niños, el pasado ha estado en-contrando su camino para entrar. Burbujea en las grietas cuando no estoy prestando atención, y tira de mí con dedos ávidos.
De esto es lo que me advirtieron todos estos años: el peso denso en mi pecho, los frag-mentos de pesadillas que me siguen incluso cuando estoy despierta.
Te advertí, dice la tía Carol en mi cabeza.
Te dijimos, dice Rachel.
Deberías haberte quedado. Esa es Hana, alcanzándome a través de una extensión de tiempo, a través de capas de turbio grosor de memoria, estirando una mano sin peso hacia mi mientras me hundo.
Cerca de una docena de nosotros llegamos del norte de la ciudad de Nueva York: Raven, Tack, Julian, y yo, y también Dani, Gordo, Pike, además de alrededor de una quincena de otros que en gran parten están contentos con mantenerse callados y seguir instrucciones.
Y Alex. Pero no mi Alex: un extraño que nunca sonríe, no se ríe, y casi ni habla.
Los otros, esos que estaban usando el depósito fuera de White Plains como hogar, se dispersaron al sur o al este. Por ahora, el hogar sin dudas ha sido despojado y abandonado. No es seguro, no después del rescate de Julian. Julian Fineman es un símbolo, uno importante. Los zombis lo perseguirán. Querrán encadenar al símbolo, y hacer que signifique sangre, así los otros aprenderán la lección.
Tenemos que ser extra cuidadosos.
Hunter, Bram, Lu, y algunos otros miembros del viejo hogar de Rochester están espe-rando por nosotros al sur de Poughkeepsie. Nos toma casi tres días cubrir la distancia; esta-mos obligados a circunnavegar media docena de ciudades Válidas.
Entonces, abruptamente, llegamos: los árboles simplemente se acaban en el borde de una enorme extensión de hormigón, cruzada por fisuras espesas, y todavía muy débilmente marcada con líneas blancas fantasmales de plazas de aparcamiento. Autos, oxidados, mondos de diversas partes de caucho de los neumáticos, trozos de metal todavía posados en el apar-camiento. Se ven pequeñas y ridículas débilmente, como si fueran juguetes antiguos dejados fuera por un niño.
El aparcamiento fluye como agua gris en todas direcciones, corriendo finalmente contra una vasta estructura de acero y cristal: un viejo centro comercial. Una señal en bucle de escri-tura cursiva, rayado blanco con mierda de pájaro, lee centro comercial Empire State.
La reunión es jubilosa. Tack, Raven, y yo rompemos en una carrera. Bram y Hunter tam-bién están corriendo, y nos interceptamos a mitad del estacionamiento. Salto sobre Hunter, riendo, y él tira sus brazos alrededor de mí y me levanta de mis pies. Todos gritan y hablan a la vez.
Hunter me baja, finalmente, pero mantengo un brazo cerrado a su alrededor, como si fuera a desaparecer. Me estiro y rodeo con el otro brazo a Bram, que está dándole un apretón de manos a Tack, y de alguna forma terminamos todos amontonados juntos, saltando y chi-llando, nuestro cuerpos entrelazados, en la mitad de un brillante sol.
—Bien, bien, bien. —Nos separamos, volteamos, y vemos a Lu paseándose hacia noso-tros. Sus cejas están alzadas. Ha dejado su pelo crecer, y lo peinó hacia delante, así que se jun-ta sobre sus hombros—. Miren lo que arrastró el gato.
Es la primera vez que me he sentido verdaderamente feliz en días.
Los cortos meses que hemos pasado separados han cambiado a ambos, Hunter y Bram. Bram está, en contra de todas las posibilidades, más pesado. Hunter tiene nuevas arrugas en los bordes de sus ojos, aunque su sonrisa es tan juvenil como siempre.
—¿Cómo está Sarah? —Es todo lo que digo—. ¿Está aquí?
—Sarah se quedó en Maryland —dice Hunter—. El hogar es más fuerte, y no tendrá que migrar. La resistencia está intentando avisarle a su hermana.
—¿Qué hay de Grandpa y los otros? —Estoy sin aliento, y hay una sensación apretada en mi pecho, como si me siguieran apretando.
Bram y Hunter intercambian una pequeña mirada.
—Grandpa no lo logró —dice Hunter cortamente—. Lo enterramos a las afueras de Bal-timore.
Raven mira hacia otro lado, escupe en el pavimento.
Bram añade rápidamente:
—Los otros están bien —se estira y posiciona sus dedos sobre mi cicatriz de procedi-miento, la que él me ayudó a falsificar para iniciarme en la resistencia—. Luces bien —dice y me guiña.
Decidimos acampar por la noche. Hay agua limpia a una corta distancia del centro co-mercial viejo, y unos restos de casas y oficinas de negocios que han cedido algunos suminis-tros útiles: unas cuantas latas de comida todavía enterradas bajo los escombros; herramientas
oxidadas; incluso un rifle, que Hunter encontró acunado en un par de pezuñas de venado da-das vuelta, debajo de un montículo de yeso derrumbado. Y un miembro de nuestro grupo, Henley, una baja y callada mujer con una larga, enroscada y gris cabellera, tiene fiebre. Esto le dará tiempo de descansar.
Para el término del día, una discusión estalla sobre a dónde ir después.
—Podríamos separarnos —dice Raven. Está acuclillada en el agujero que ha limpiado para el fuego, avivando las primeras astillas resplandecientes de fuego con la punta carboni-zada de una rama.
—Entre más grande sea nuestro grupo, estaremos más a salvo —discutía Tack. Se había quitado su chaqueta de lana y sólo estaba usando una camiseta, por lo que los fibrosos múscu-los de sus brazos eran visibles. El día había estado entibiándose lentamente, y los árboles co-brando vida. Podemos sentir la primavera venir, como una animal revolviéndose suavemente en sus sueños, exhalando aire caliente.
Pero ahora está helado, cuando el sol está bajo y la Tierra Salvaje es tragada por grandes sombras moradas, cuando ya no nos movemos.
—Lena —ladra Raven. He estado contemplando el inicio del fuego, viendo las flamas en-roscarse alrededor de la masa de agujas de pino, ramitas, y hojas quebradizas—. Ve a che-quear las tiendas, ¿vale? Oscurecerá pronto.
Raven ha armado la fogata en un barranco poco profundo que debe haber sido un arro-yo alguna vez, donde estará de alguna forma protegida del viento. Ha evitado instalar el cam-pamento muy cerca del centro comercial y sus espacios frecuentados, que se cierran encima de la línea de los árboles, todo metal negro torcido y ojos vacíos, como una nave alienígena que se ha varado.
Por el terraplén a unas doce yardas, Julian está ayudando a armar las carpas. Está dán-dome la espalda. Él, también, está usando sólo una camiseta. Únicamente tres días en la Tierra Salvaje ya lo han cambiado. Su cabello está enmarañado, y una hoja está atrapada justo detrás de su oreja izquierda. Luce más delgado, aunque no ha tenido tiempo de perder peso. Esto es solamente el efecto de estar aquí, con las rescatadas ropas demasiado grandes, rodeado de salvaje desierto, un recordatorio perpetuo de la fragilidad de nuestra supervivencia.
Está asegurando una cuerda a un árbol, tirando de ella para tensarla. Nuestras carpas son viejas y se han roto y parchado repetidas veces. No se sostienen por su cuenta. Deben ser apoyadas y amarradas entre los árboles y engatusadas a la vida, como velas al viento.
Gordo está revoloteando al lado de Julian, mirando aprobatoriamente.
—¿Necesitas ayuda? —Me detengo un par de pies más lejos.
Julian y Gordo se dan vuelta.
—¡Lena! —El rostro de Julian se ilumina, luego inmediatamente se cae de nuevo cuando se da cuenta que no tengo intenciones de acercarme. Yo lo traje aquí, conmigo, a este lugar nuevo y extraño, y ahora no tengo nada para ofrecerle.
—Estamos bien —dice Gordo. Su pelo es rojo brillante, e incluso cuando él no es mayor que Tack, tiene una barba que crece hasta la mitad de su pecho—. Ya estamos finalizando.
Julian se endereza y se seca las palmas en la parte trasera del pantalón. Vacila, luego cruza el terraplén hacia mí, metiendo un mechón de cabello detrás de su oreja.
—Está helado —dice cuando está a unos metros—. Deberías ir cerca de la fogata.
—Estoy bien —digo, pero pongo mis manos en los brazos de mi cazadora. El frío está en mi interior. Sentarse al lado de la fogata no ayudará—. Las tiendas lucen bien.
—Gracias. Creo que le estoy pillando el truco. —Su sonrisa no llega a sus ojos comple-tamente.
Tres días: tres días de tensas conversaciones y silencio. Sé que se pregunta qué ha cam-biado, y si se puede cambiar de vuelta. Sé que lo estoy lastimando. Hay preguntas que se está forzando ano preguntar, cosas que está luchando por no decir.
Me está dando tiempo. Es paciente, gentil.
—Te ves bonita con esta luz —dice.
—Debes estar volviéndote ciego. —Tenía la intención de que sonara como broma, pero mi voz es suena demasiado severa en el aire.
Julian sacude la cabeza, frunciendo el ceño, y aparta la mirada. La hoja, de un amarillo vívido, todavía está enredada en su pelo, detrás de so oreja. En ese momento, estoy desespe-rada por estirarme, removerla, y pasar mis dedos por su pelo y reírme con él sobre ello. Esto es la tierra salvaje, diría yo. ¿Te lo imaginabas? Y él encajaría sus dedos entre los míos y apre-taría. Él diría, ¿Qué haría yo sin to?
Pero no me atrevo a moverme.
—Tienes una hoja en tu pelo.
—¿Una qué? —Julian luce sobresaltado, como si lo hubiera llamado desde un sueño.
—Una hoja. En tu pelo.
Julian se pasa la mano impacientemente a través del pelo.
—Lena, yo…
Pum.
El sonido de un disparo de rifle nos hace saltar a los dos. Los pájaros parten de los árbo-les detrás de Julian, temporalmente oscureciendo el cielo todas a la vez, antes de desaparecer en formas individuales. Alguien dice “maldición.”
Dani y Alex emergen desde los árboles detrás de las carpas. Ambos llevan rifles colgados en sus hombros.
Gordo se endereza.
—¿Ciervo? —Pregunta. La luz está se ha ido casi por completo. El cabello de Alex luce casi negro.
—Demasiado grande para ser un ciervo —dice Dani. Ella es una mujer grande, de hom-bros anchos y una frente plana y amplia y ojos almendrados. Me recuerda a Miyako, que murió antes que fuéramos al sur el invierno pasado. La quemamos en un día frío, justo antes de la primera nevada.
—¿Oso? —Pregunta Gordo.
—Puede haber sido —responde Dani cortamente. Dani es más afilada de lo que era Mi-yako: deja que la Tierra Salvaje la talle, la esculpa en acero.
—¿Le diste? —Pregunto, demasiado ansiosa, aunque ya sé la respuesta. Pero estoy su-gestionando a Alex para que me mire, para que me hable.
—Puede que solo le haya cortado —dice Dani—. Es difícil de decir. Pero no fue suficien-te para detenerlo, de todas formas.
Alex no dice nada, no registra mi presencia, siquiera. Sigue caminando, abriéndose paso por las tiendas de campaña, delante de Julian y yo, lo suficientemente cerca que imagino que puedo olerlo —el viejo aroma a pasto y madera secada al sol, un olor a Portland que hace que me den ganas de gritar, y enterrar mi cara en su pecho, e inhalar.
A continuación se está encaminando por el terraplén mientras la voz de Raven flota ha-cia nosotros:
—La cena esta lista. Coman o pierdan.
—Vamos. —Julian roza mi codo con la yema de los dedos. Gentil, paciente.
Mis pies me vuelven, y me mueven por el terraplén, hacia la fogata, que ahora arde ca-liente y fuerte; hacia el chico que se convierte en sombras parado a su lado, borrado por el humo. Eso es lo que Alex es ahora: una sombra de chico, una ilusión.
Por tres días no me ha hablado o mirado para nada.
Hana
¿Quieres saber mi oscuro y profundo secreto? En la escuela de Domingo, solía hacer trampa en los exámenes.
Nunca me podía concentrar en el Manual de FSS, ni si quiera de niña. La única sección del libro que me interesaba era la de “Legendas e Injusticias,” que está lleno de cuentos popu-lares acerca del mundo antes de la cura. Mi favorita, la historia de Salomón, dice así:
Había una vez, durante los días de la enfermedad, dos mujeres y un infante fueron ante el rey. Cada mujer proclamaba que el infante era suyo. Ambas se rehusaban a darle el niño a la otra mujer y declaraban apasionadamente sus casos, cada una reclamando que moriría de dolor si el bebe no era de vuelto únicamente a su posesión.
El rey, cuyo nombre era Salomón , escuchó a ambos discursos, y finalmente anunció que tenía una solución justa.
—Cortaremos al bebé en dos —dijo él—, y de esa forma cada una de ustedes tendrá una porción.
Las mujeres aceptaron que esto era justo, y entonces el verdugo fue traído adelante, y con su hacha, rebanó al bebé limpiamente en dos.
Y el bebé nunca lloró, ni siquiera hizo un sonido, y las madres miraban, y después, durante mil años, hubo una mancha de sangre en el suelo del palacio que nunca pudo ser limpiada ni diluida por ninguna sustancia en la tierra…
Debo haber tenido sólo ocho o nueve cuando leí ese pasaje por primera vez, pero real-mente me golpeó. Por días no pude quitarme la imagen de ese pobre bebé de la cabeza. Seguía imaginándolo dividido en el piso de baldosas, como una mariposa clavada detrás de un vidrio.
Eso es lo grandioso de la historia. Es real. A lo que me refiero es, incluso si no pasó de verdad —y hay debates sobre la sección de Legendas e Injusticias, y si es históricamente exac-to— muestra el mundo verazmente. Recuerdo sentirme igual que ese bebé: partida por sen-timientos, dividida en dos, atrapada entre lealtad y deseo.
Así es el mundo enfermo.
Así era para mí, antes de ser curada.
En exactamente veintiún días, estaré casada.
Mi madre luce como si fuera a llorar, y casi espero que lo haga. La he visto llorar dos ve-ces en mi vida: una vez cuando se rompió el tobillo y otra el año pasado, cuando salió y encon-tró que los protestantes habían escalado el cerco, y desgarrado césped, y arrancado su hermo-so auto en pedazos.
Al final solo dijo:
—Te ves encantadora, Hana. —Y luego—: Eso un poquito grande en la cintura, sin em-bargo.
La señora Killegan —“llámame Anne,” me sonrió bobamente, la primera vez que vini-mos por una prueba— circula calladamente, fijando y ajustando. Es alta, con descolorido cabe-llo rubio y un aspecto apretado, como si durante años hubiera ingerido varios alfileres y agu-jas de coser.
—¿Segura que quieres ir con mangas casquillo?
—Estoy segura —dijo, justo cuando mi madre dice—: ¿Crees que lucen muy juveniles?
La señora Killegan, Anne, hace gestos expresivos con una larga y huesuda mano.
—Toda la ciudad estará mirando —dice.
—Todo el país —la corrige mi madre.
—Me gustan las mangas —digo, y casi agrego, es mi boda. Pero eso ya no es enteramen-te cierto, no desde los Incidentes en Enero, y la muerte del alcalde Hargrove. Mi boda le perte-nece a la gente ahora. Eso es lo que todo el mundo lleva diciéndome por semanas. Ayer reci-bimos una llamada del Servicio Nacional de Noticias, preguntándonos si podían distribuir la grabación, o enviar so propio equipo de televisión a filmar la boda.
Ahora, más que nunca, el país necesita su símbolo.
Estamos paradas en frente de un espejo de tres caras. El ceño de mi madre está refleja-do desde tres ángulos distintos.
—La señora Killegan tiene razón —dice, tocándome el codo—. Veamos como luce a tres cuartos, ¿de acuerdo?
Sé que es mejor no discutir. Tres reflejos asienten simultáneamente; tres chicas idénti-cas con idénticos cabos de rubio trenzado en tres idénticos vestidos blanco desnatado que llega al piso. Ya casi ni me reconozco. He sido transfigurada por el vestido, por las brillantes luces en el probador. Toda mi vida he sido Hana Tate.
Pero la chica en el espejo no es Hana Tate. Es Hana Hargrove, a punto de ser esposa del que pronto será alcalde, y un símbolo de todo lo que es correcto sobre el mundo curado.
Un camino y una ruta para todos.
—Déjame ver qué tengo en la parte de atrás —dice la señora Killegan—. Te declinare-mos por un estilo diferente, sólo para que tengas una comparación. —Se desliza a través de la usada alfombra gris y desaparece en el depósito. Por la puerta abierta, veo docenas de vesti-dos enfundados en plástico, colgando lánguidamente en bastidores de prendas de vestir.
Mi madre suspira. Ya hemos estado aquí por dos horas, y estoy empezando a sentir co-mo un espantapájaros: rellena y hurgada y cosida. Mi madre se sienta en un descolorido tabu-rete al lado de los espejos, sosteniendo su cartera remilgadamente en su regazo para que no toque la alfombra.
La tienda de bodas de la señora Killegan siempre ha sido la mejor de Portland, pero, también, ha sentido claramente los persistentes efectos de los Incidentes, y las enérgicas me-didas de seguridad implementadas por el gobierno en consecuencia. El dinero es apretado para casi todos, y se nota. Una de las ampolletas está quemada, y la tienda tiene un olor rancio, como si no hubiera sido limpiado recientemente. En una pared, un motivo de moho ha empe-zado a burbujear en el papel pintado, y más temprano noté una gran mancha marrón en uno de los estropeados sofás. La señora Killegan me atrapa mirando y casualmente echó un chal para ocultarlo.
—Realmente luces encantadora, Hana —dice mi madre.
—Gracias —digo. Sé que luzco encantadora. Puede sonar egoísta, pero es la verdad.
Esto, también, ha cambiado desde la cura. Cuando no estaba curada, incluso si la gente me decía siempre que era bonita, nunca me sentía así. Pero después de la cura, una pared apa-reció dentro de mí. Ahora veo que sí, soy bastante simple e indiscutiblemente hermosa.
También ya no me importa.
—Aquí estamos. —La señora Killegan reemerge desde el fondo, sosteniendo varios ves-tidos envueltos en plástico sobre su brazo—. No te preocupes, querida —dice—. Encontrare-mos el vestido perfecto. De eso se trata todo, ¿no?
Arreglo mi rostro en una sonrisa, y la chica bonita en el espejo arregla su rostro conmi-go.
—Por supuesto —digo.
Vestido perfecto. Pareja perfecta. Una perfecta vida de felicidad.
La perfección es una promesa, y la seguridad de que no estamos equivocados.
La tienda de la señora Killegan está en el Puerto Viejo, y mientras emergemos hacia la calle inhalo el aroma familiar a algas secas y madera vieja. El día es brillante, pero el viento es
frío fuera de la bahía. Sólo un par de botes están balanceándose en el agua, mayoritariamente buques pesqueros o plataformas comerciales. Desde la distancia, los amarres de madera salpi-cados lucen como cañas creciendo en el agua.
Las calles están vacías excepto por dos reguladores y Tony, nuestro guarda espaldas. Mis padres decidieron contratar servicio de seguridad justo después de los Incidentes, cuando el padre de Fred Hargrove, el alcalde, fue asesinado, y se decidió que yo dejaría la universidad y me casaría lo antes posible.
Ahora Tony viene a todos lados con nosotros. En sus días libres, envía a su hermano, Rick, como sustituto. Ambos tienen cuellos gruesos y cortos y brillantes cabezas calvas. Nin-guno de los dos habla mucho, y cuando lo hacen, nunca tienen nada interesante que decir.
Ese era uno de mis mayores miedos sobre la cura: que el procedimiento me cambiara de alguna manera, e inhibiera mi habilidad para pensar. Pero es lo contrario. Pienso más claro ahora. De ciertas maneras, incluso siento las cosas más claramente. Solía sentirme con una clase de febrilidad; estaba llena de pánico y ansiedad y deseos compitiendo. Habían noches en que apenas dormía, días en que sentía que mi interior intentaba arrastrarse fuera de mi gar-ganta.
Estaba infectada. Ahora la infección se ha ido.
Tony está inclinado contra el auto. Me pregunto si ha estado en esta posición por las tres horas que estuvimos donde la señora Killegan. Se endereza mientras nos acercamos, y abre la puerta para mi madre.
—Gracias, Tony —dice—. ¿Hubo algún problema?
—No, señora.
—Bien. —Se mete en el asiento de atrás, y me deslizo después de ella. Hemos tenido es-te auto por sólo dos meses, es un remplazo por el que fue destrozado, y un par de días des-pués de que llegó, mi mamá salió de la tienda para encontrar que alguien había escrito la pa-labra CERDO con una llave en la pintura. Secretamente, creo que la verdadera motivación de mi madre para contratar a Tony fue para proteger el auto nuevo.
Después de que Tony cierra la puerta, el mundo exterior a las ventanas tintadas se tiñe de azul oscuro. Enciende la radio y pone el SNN, el Servicio Nacional de Noticias. Las voces de los comentaristas son familiares y tranquilizadoras.
Reclino mi cabeza y observe como el mundo empieza a moverse de nuevo. He vivido en Portland toda mi vida y tengo memorias de casi todas las calles y esquinas. Pero estas, tam-bién, parecen distantes ahora, sumergidas con seguridad en el pasado. Hace una vida solía sentarme en una de esas bancas para picnic con Lena, atrayendo gaviotas con migas de pan. Hablábamos sobre volar. Hablábamos sobre escapar. Era cosa de niños, como creer en unicor-nios y magia.
Nunca pensé que realmente lo haría.
Mi estómago duele. Me doy cuenta que no he comido desde el desayuno. Debo tener hambre.
—Semana ocupada —dice mi madre.
—Sí.
—Y no te olvides, The Post quiere entrevistarte esta tarde.
—No me he olvidado.
—Ahora sólo tenemos que encontrarte un vestido para la inauguración de Fred, y todo estará listo. ¿O decidiste ir con el amarillo que vimos en Lava la semana pasada?
—Aún no estoy segura —digo.
—¿A qué te refieres con que no estás segura? La inauguración es en cinco días Hana. Todos te estarán mirando.
—El amarillo, entonces.
—Por supuesto, no tengo idea de lo que usaré yo.
Pasamos el West End, nuestro viejo vecindario. Históricamente, el West End ha sido ho-gar para muchos de los adinerados en la iglesia y el campo médico: sacerdotes de la Iglesia de Nueva Orden, funcionarios del gobierno, doctores e investigadores en los laboratorios. Por eso no hay duda por qué fue atacada tan fuertemente durante los motines seguidos de los Inciden-tes.
Los motines fueron sofocados rápidamente; todavía hay mucho debate sobre si los mo-tines representaron un movimiento real o si fueron un resultado de furia mal dirigida y las pasiones que estamos intentando tanto erradicar. Aún así, muchas personas sintieron que el West End estaba muy cerca del centro de la ciudad, muy cerca de los vecindarios más proble-máticos, donde los simpatizantes y resistentes se ocultan. Muchas familias, como la nuestra, nos alejamos ahora de la península.
—No te olvides, Hana, debemos habar con el catering en lunes.
—Ya sé, ya sé.
Tomamos Danforth hacia Vaughan, nuestra vieja calle. Me inclino hacia adelante leve-mente, intentando echar un vistazo a nuestra vieja casa, pero el árbol de hoja perenne de los Anderson la oculta casi completamente de mi vista, y lo único que consigo es un flash del te-cho verde a dos aguas.
Nuestra casa, como la de los Anderson continua a esta y la de los Richard al frente, está vacía y probablemente permanecerá así. Aún, no vemos ni un letrero de en venta. Nadie puede
permitirse comprar. Fred dice que el congelamiento económico se mantendrá por al menos un par de años, hasta que las cosas comiencen a estabilizarse. Por ahora, el gobierno necesita reafirmar su control. La gente necesita ser recordada de su lugar.
Me pregunto si los ratones ya están encontrando su camino a mi vieja habitación, de-jando excrementos en el pulido piso de madera, y si las arañas han empezado sus redes en las esquinas. Pronto la casa lucirá como Brooks 37, estéril, casi con apariencia masticada, colap-sando lentamente de podredumbre de termitas.
Otro cambio: puedo pensar en Brooks 37 ahora, y en Lena, y en Alex, sin la sensación es-trangulada.
—Y apuesto que nunca revisaste la lista de invitados que dejé en tu cuarto.
—No he tenido tiempo —digo ausentemente, manteniendo mis ojos sobre el paisaje pa-tinando por nuestra ventana.
Maniobramos por Congreso, y el vecindario cambia rápidamente. Pronto pasamos una de las dos gasolineras de Portland, alrededor de la cual un grupo de reguladores hace guardia, las pistolas apuntando hacia el cielo; luego tiendas de dólares y una lavandería con un desco-lorido toldo naranja; un delicatesen con pinta sucia.
De repente mi madre se inclina adelante, poniendo una mano en la parte trasera del asiento de Tony.
—Enciende esto —dice afiladamente.
Él ajusta el dial del salpicadero. La voz de la radio se hace más fuerte.
—Tras la reciente epidemia en Waterbury, Connecticut…
—Dios —dice mi madre—. No otra más.
—… todos los ciudadanos, particularmente aquellos en los cuadrantes más al sur, han sido fuertemente alentados a evacuar a casas temporales en el vecindario Bethlehem. Bill Audry, jefe de las Fuerzas Especiales, ofreció tranquilidad a los ciudadanos preocupados. “La situación está bajo control,” dijo durante su discurso de siete minutos. “El personal militar municipal y estatal están trabajando juntos para contener la enfermedad y para asegurar que la zona será acordo-nada, limpiada, y desinfectada lo más pronto posible. No hay absolutamente ninguna razón para temer contaminaciones posteriores…
—Es suficiente —dice mi madre abruptamente, volviendo a sentarse—. No puedo escu-char más.
Tony empieza a jugar con la radio. La mayoría de las estaciones son solo estática. El mes pasado, la gran historia fue el descubrimiento del gobierno de longitudes de ondas que habían sido cooptadas por los Inválidos para su uso. Fuimos capaces de interceptar y decodificar va-rios mensajes críticos, lo que llevó a una redada triunfal en chicago, y al arresto de media do-
cena Inválidos clave. Uno de ellos era el responsable de la planificación de la explosión en Wa-shington D.C. el otoño pasado, una explosión que mató a veintisiete personas, incluyendo a una madre y su hijo.
Estaba agradecida cuando los Inválidos fueron ejecutados. Algunas personas se queja-ron que la inyección letal era demasiado humana para terroristas convictos, pero yo pensé que enviaba un mensaje poderoso: nosotros no somos los malos. Somos razonables y compa-sivos. Representamos la justicia, estructura y organización.
Es el otro lado, los no curados, los que traen el caos.
—Es tan repugnante —dice mi madre—. Si empezáramos a bombardear con el primer problema… ¡Tony, ten cuidado!
Tony frena en seco. Los neumáticos chirrían. Ruedo hacia adelante, evitando por poco rajarme la frente en el apoyo para cabezas delante de mí antes de que mi cinturón de seguri-dad me tire hacia atrás. Hay un fuerte golpe. El aire huele a goma quemada.
—Mierda —está diciendo mi madre—. Mierda. En el nombre de Dios, ¿qué…?
—Lo siento, señora, no la vi. Salió de entre los contenedores de basura...
Una chica joven está parada enfrente del auto, sus manos descansando planas sobre el capó. Su pelo tiene forma de tienda de campaña alrededor de su delgada, estrecha cara, y sus ojos están grandes y aterrorizados. Luce vagamente familiar
Tony baja su ventana. El olor a contenedores de basura, hay varios, alineados uno a cada lado del otro, flota dentro del auto, dulce y podrido. Mi madre tose, y ahueca una palma sobre su nariz.
—¿Estás bien? —Grita Tony, estirando su cabeza fuera del vidrio.
La chica no responde. Está jadeando, prácticamente hiperventilada. Sus ojos patinan por Tony a mi madre en el asiento trasero, y luego a mí. Un sobresalto corre a través de mí.
Jenny. La prima de Lena. No la he visto desde el verano pasado, y está mucho más del-gada. Luce mayor, también. Pero es ella sin lugar a dudas. Reconozco la llamarada de su nariz, su orgullosa y mordaz barbilla, y sus ojos.
Ella me reconoce, también. Puedo notarlo. Antes de que pueda decir nada, quita sus ma-nos de encima del capó del auto y se precipita por la calle. Está usando una vieja mochila man-chada de tinta que reconozco como una heredada de Lena. A través de uno de sus bolsillos dos nombres están coloreados en burbujeantes letras negras: el de Lena, y el mío. Lo escribimos sobre su mochila en séptimo grado, cuando estábamos aburridas en clase. Ese fue el día en que por primera vez se nos ocurrió nuestra pequeña palabra en código, nuestro grito de áni-mo, que luego nos decíamos en voz alta en juntas nacionales de Cross. Halena. Una combina-ción de ambos nombres.
—Por el amor de Dios. Uno pensaría que esa chica es lo suficientemente grande para saber que no hay que lanzarse enfrente del tráfico. Casi me da un ataque cardíaco.
—La conozco —digo automáticamente. No puedo quitar la imagen de los grandes y os-curo ojos de Jenny, su pálido rostro esquelético.
—¿A qué te refieres con que la conoces? —Mi madre se vuelve hacia mí.
Cierro mis ojos e intento pensar en cosas pacíficas. La bahía. Gaviotas revoloteando en el cielo. Ríos de impeccable tela blanca. Pero en vez veo los ojos de Jenny, los filosos ángulos de sus mejillas y su mentón.
—Su nombre es Jenny —digo—. Es la prima de Lena…
—Cuida tu boca —me corta mamá bruscamente. Me doy cuenta, demasiado tarde, que no debería haber dicho nada. El nombre de Lena es peor que una maldición en nuestra familia.
Por años, mamá estaba orgullosa de mi amistad con Lena. Lo veía como un testamento de su liberalismo. No juzgamos a la chica por su familia, le diría a los invitados que lo trajeran a colación. La enfermedad no es genética; eso es una idea vieja.
Ella se lo tomó casi como un insulto personal cuando Lena contrajo la enfermedad y se las arregló para escapar antes de poder ser tratada, como si Lena lo hiciera deliberadamente para hacerla lucir estúpida.
Todos estos años que la dejamos entrar en nuestra casa, diría de la nada, en los días si-guientes al escape de Lena.
—Se veía delgada —digo.
—A casa, Tony. —Mi mamá inclina su cabeza contra el reposa cabezas y cierra sus ojos, y sé que la conversación ha terminado.

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